martes, 17 de septiembre de 2013


- Sí, yo le amo. - Dijo con la dulce y suave voz que le caracterizaba.
Vaya que si le amaba, la forma en la que brillaban sus ojos cuando hablaba de él la delataban. Se le veía más joven, con más luz, más llena, más niña.
Él también la quería, lastima que solo para un par de noches y probablemente en unos meses ni él ni sus sábanas recordarían su nombre.