lunes, 27 de abril de 2015


Voy a contaros algo:


Lo peor de terminar una relación es quedarte a medias. Cuando la otra persona ya se ha cansado pero a ti aun te queda dentro miles de planes que habías pensado para los dos. Desde ese mismo momento, puedes empezar a aceptar que, ahora, todo va a estar incompleto. 

Siempre sobra comida los domingos, ahora hay una parte de la cama que siempre está fría, las canciones de Sabina y los poemas de Sabines ya no suenan a lo mismo, pero, justo ahí, entiendes que tenía razón Sabina cuando decía que hasta los huesos solo calan los besos que no has dado. En definitiva, hay una parte de ti que se queda a medias en cada cosa que dice o hace. 

Y, al final, empiezas a entender que igual va a ser verdad eso que dicen de que el amor son dos vasos comunicantes donde uno quiere y el otro solo se deja querer. Nota mental para el futuro: la próxima vez procuraré ser yo la que se deje querer.

jueves, 2 de abril de 2015


Me niego rotundamente a las relaciones sin sentido y a los quebraderos de cabeza por algo o alguien que realmente no lo merece. Se quién soy y qué es lo que quiero. Puedo estar sola. Yo siempre pude sola, y podré sola. No me preocupa estarlo, me preocupa estar con la persona equivocada una vez más.

No quiero oír hablar del amor express, no pienso dejarme convencer por eso de que se necesita un promedio de diez citas para que dos personas se enamoren. No funciona así conmigo.

Ya estuve enamorada una vez, ya experimenté los desvelos de madrugada, las películas a medias y las promesas a largo plazo que yo misma sabia que venían con fecha de caducidad.

Y desde ahí, desde esa fecha de caducidad, todos mis desvelos han sido intencionados, todas las palabras han sido forzadas y todas las películas han sido elegidas al azar. Me niego al amor hasta que encuentre a alguien que me fascine. Da igual cuanto tiempo deba esperar (quizá por alguien que ni exista) y da igual el modo en el que ocurra. Las mejores cosas en la vida son las que no se planean.