Y era una tarde de sábado, aunque ella tenía la sensación de que era domingo.
Le apetecía llenar la bañera y pasar ahí la tarde. No era algo que hiciera con frecuencia, pero le gustaba darse ese capricho de vez en cuando.
Dejó caer el grifo del agua hasta llenarla casi por completo. Y mezclo en ella un sin fin de restos de botes de gel, nunca acababa de gastar un bote de gel del todo, los guardaba para estas ocasiones. Se desnudaba en la oscuridad del baño, frente al espejo, mientras oía el ruido del agua caer.
Esos baños esporádicos le servían para pensar, para dejar volar su mente a cualquier tema y esta vez no fue una excepción:
"Me siento diferente a otras veces, me siento libre. Probablemente no es la primera vez que me siento de este modo, pero tampoco me había parado a pensarlo nunca. Me siento incomprendida, pero no es algo que me preocupe, es más, me gusta sentirme así. Sé que por más que pase el tiempo, la persona que intente vivir a mi lado, no podrá comprenderme. Nunca sabrá por donde voy a salir esta vez o que clase de idea puede estar pasando por mi mente en ese momento, y para mi, eso es algo mágico. Pero yo si me entiendo o por lo menos, eso intento, y tengo presente que nunca estaré sola del todo porque siempre me voy a tener a mi misma."