Algunas
noches me descubro pensándote después de un rato de oscuridad. Te imagino de
todas las formas y con todos los cuerpos de personas que me gustan. Pero luego
nunca eres tú, nunca es tu forma.
Después de un rato caigo en la cuenta de nuestra propia oscuridad y justo ahí me descubro buscando otro camino que no es el mío.
Es en la prisa del camino donde veo lo que hicimos mal, pero ya no se ven formas ni cuerpos ni eres tú ni somos nosotros.